Los secretos económicos del Australian Open

El Negocio del Deporte

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El Australian Open abre la temporada de grand slams, y esta edición 2024 podría ser la más lucrativa de su historia. ¿Qué secretos económicos esconde el evento? ¿Cuánto dinero genera y cómo lo reparte? Acompáñenme a descubrirlo.

El torneo es propiedad de Tennis Australia, el organismo rector de este deporte en el país. La asociación, además del grand slam, tiene a su cargo la Copa Davis, la Fed Cup, la ATP Cup y otras competencias nacionales. Sin embargo, más del 90% de los ingresos por torneos provienen del Australian Open.

En 2022 el evento generó unos 470 millones de dólares australianos, que serían algo así como 315 millones de dólares estadounidenses. Esto significa unos 21 millones de dólares por día de competencia, u 875.000 dólares por hora.

Con ese nivel de ingresos, tan solo el US Open y Wimbledon quedan por delante con 472 y 450 millones respectivamente. Roland Garros ocupa la cuarta posición de los torneos grandes con apenas 250 millones de dólares.

Sin embargo, hay dos cosas que diferencian al Australian Open del resto y son realmente sorprendentes. En primer lugar, es el grand slam que más creció en la última década en cuanto a facturación. En 2012 el torneo generó 154 millones de dólares australianos. Si esto lo comparamos con los 470 millones de 2022, quiere decir que triplicó sus ingresos en 10 años.

En segundo lugar, el país local es sustancialmente más pequeño en términos de población que los demás. Estados Unidos tiene un tamaño de 12 veces el de Australia y tanto Reino Unido como Francia lo hacen por 2.5 veces. Este dato es importante por una razón: la audiencia televisiva.

El Australian Open genera un 38% de sus ingresos mediante la venta de los derechos de televisación, significando la vía de facturación más importante. Para que se entienda, las compañías de medios compran la exclusividad de transmitir los partidos en sus respectivos canales. Y estos acuerdos se firman para cada región geográfica del planeta. Es decir, ESPN tiene los derechos para Sudamérica, pero Eurosport los tiene para Europa y así siguiendo. Estamos hablando de casi 30 acuerdos a nivel mundial.

El país que más dinero genera mediante estos contratos siempre es aquel en el que se realiza el evento. Y de allí la relevancia del tamaño de la población local. En el caso de Australia, Nine Network paga unos 40 millones de dólares al año. Este número es sustancialmente más bajo que los 80 millones que recibe Wimbledon en Reino Unido o los 75 millones del US Open para Estados Unidos.

Sin embargo, si analizamos el valor de estos contratos per cápita, es decir por cada persona que habita en ese país, los resultados son llamativos. Mientras que el US Open recibe por su contrato de televisación en Estados Unidos unos 0,22 dólares por persona, y Wimbledon lo hace por unos 1.19 dólares, el Australian Open consigue 1.63 dólares por cada habitante de ese país. Así que, si bien son muchos menos, han sabido capturar el valor de esa población.

En este sentido, es clave el rol de los jugadores locales y sus resultados en la competencia. Ya lo conversamos en el caso del US Open, y el torneo oceánico no es la excepción. En 2022, por ejemplo, 4.26 millones de australianos se sentaron frente al televisor para ver a la jugadora local Ashley Barty coronarse campeona del evento. Al año siguiente, la final no tuvo participación australiana y la audiencia televisiva en ese país cayó un 66%. En esta edición, parte del éxito económico del evento está en manos de un jugador: Álex de Miñaur.

Volviendo a los derechos televisivos, si bien Australia es el país más importante, el resto del mundo aporta otros 80 millones de dólares y termina significando el 66% de lo que ingresa por esta vía. El tenis no deja de ser un deporte global seguido por millones y millones de personas alrededor del mundo. Por lo que, al final del día, las transmisiones otorgan un ingreso de 120 millones de dólares al año.

Sigamos con los otros canales de facturación. El segundo gran segmento es la venta de entradas. Allí el torneo compite de igual a igual con el US Open. En la edición de 2023, el complejo recibió a unas 839.192 personas a lo largo de las dos semanas, marcando un nuevo récord histórico. Todo ese tráfico le significó alrededor de 110 millones de dólares. Y la expectativa para 2024 es superar ese número.

Finalmente, están los sponsors. Y aquí, una vez más, el Australian Open muestra que está bien plantado. KIA es la marca más importante y paga cerca de 20 millones al año. En segundo lugar aparece la bebida alcohólica china 1573, que lo hace por 17 millones. Emirates Airlines, Rolex, Ralph Lauren, Marriott y Chubb son otras de las grandes marcas que aportan millones al evento. Por todo esto, se embolsan cada año unos 66 millones, representando un 21% del total.

Así que, de los 315 millones de dólares que genera el evento, 38% viene de la televisación, 35% de las entradas, 21% de los sponsors y el restante surge de las concesiones y la venta de merchandising.

Pero nos queda una pregunta por responder: ¿Cuánto se llevan los jugadores?

En total, la competencia repartirá unos 57 millones de dólares, representando un aumento del 13% con respecto al año anterior. Tanto el campeón como la campeona embolsarán unos 2.11 millones.

Sin embargo, lo que me parece interesante, es que si relacionamos estos 57 millones que entrega en premios con la facturación del evento de 315 millones, estamos hablando de que apenas el 18% de lo que se genera termina en manos de las estrellas que hacen el show. Obviamente, el torneo tiene un montón de otros costos a los que debe hacer frente, pero al final del día, gracias al pequeño porcentaje que distribuye entre los jugadores, termina con muy buenas ganancias.

Ahora, cuando vean el torneo, ya saben cuánto paga cada una de las marcas que aparecen allí atrás, cuánto se genera a lo largo de esas dos semanas y qué porción termina en manos de los participantes.

No vemos la próxima.

Santiago.

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