Everton: ¿Se ve la luz al final del tunel?

Aunque muchos no lo sepan, el Everton es uno de los clubes más ganadores de Inglaterra. Los Toffees poseen 9 ligas nacionales, apenas por detrás del Manchester United con 20, el Liverpool con 19 y el Arsenal con 13. Sin embargo, su último título relevante fue la FA Cup de 1995 y desde hace un par de temporadas su situación económica es deplorable. Acompáñenme a descubrir cómo llegamos a que la Premier League le descuente 10 puntos en el campeonato y por qué todas las aspiraciones de supervivencia están puestas en el nuevo estadio.

Esta historia comienza en febrero de 2016 cuando Farhad Moshiri compró el 49.9% de la institución. Cuando asumió el liderato del equipo de la ciudad de Liverpool, el británico-iraní consideraba que la clasificación a la Champions League no era inalcanzable. Sólo estaba a un par de transferencias y un nuevo estadio después. Lamentablemente, no era simplemente tener el dinero.

En la temporada 2017-2018 se gastaron 203 millones de euros en jugadores como Michael Kane, Jordan Pickford y Gylfi Sigurdsson, además de la llegada libre de Wayne Rooney. Al año siguiente arribaron futbolistas como Richarlison y Gerry Mina desembolsando otros 100 millones y la misma dinámica se repitió durante las temporadas siguientes. En total, entre 2017 y 2021, el gasto neto en jugadores les dio un resultado negativo de 359 millones de euros. Se convirtió así en el quinto equipo de la liga con el resultado negativo más elevado. El Everton estaba gastando al mismo ritmo que el big six de la Premier.

La desesperación por no poder traducir ese gasto en jugadores en mejores resultados se vio claramente en la rotación de los directores técnicos. Mientras que entre 1998 y 2016 pasaron apenas 3 entrenadores en el club, desde que asumió Moshiri ya vamos 7 sin contar los interinatos. Nombres como Ronald Koeman, Carlo Ancelotti y Frank Lampard han pasado por el banquillo sin éxito alguno. 

Por otro lado, ese aumento considerable en el gasto no fue acompañado de una mejoría en los ingresos. Mientras que el club facturó 171 millones de libras en la temporada 2016-2017, en la de 2022-2023 lo hizo por 172 millones. Es decir, prácticamente sin aumento alguno cuando toda la industria del fútbol, y la Premier League en particular, no hizo otra cosa que expandirse.

Si miramos de dónde proviene ese dinero, notaremos que lo más importante es su participación en la liga local. Los derechos televisivos de la Premier le otorgaron unas 116 millones de libras, representando 2/3 del total facturado. Luego tenemos la venta de entradas por apenas 17 millones y los sponsors por otros insignificantes 19 millones.

Esa hermosa combinación de aumento de gasto con ingresos estancados hizo que el agujero económico sea cada vez más grande. Si tomamos desde la temporada 2017-2018 hasta la de 2021-2022, el club promedió una pérdida económica anual de 86 millones de libras. Ningún otro club de la Premier League tuvo semejante número y quien viene detrás suyo es el Fulham con 57 millones.

Para que tengan una idea de lo grave de la situación, en la temporada 2020-2021, el 95% de los ingresos fueron destinados a pagar los salarios de los jugadores. En el año 22-23, ya pasada la pandemia, el número siguió en un muy preocupante 92%.

Fue así como llegamos a la penalidad por parte de la Premier League en la temporada pasada. Esencialmente, las reglas establecían que un club no podía acumular pérdidas superiores a 105 millones de libras tomando las últimas tres temporadas. Luego de un exhaustivo análisis del caso, la liga confirmó que el Everton había alcanzado una pérdida de 124.5 millones, excediéndose por casi 20 millones.

De esa manera, el castigo consecuente fue una deducción de 10 puntos en el campeonato, que luego de que el club apelara, el fallo se redujo a 6 unidades. Aunque, luego la Premier volvería a deducir otros 2 puntos por irregularidades posteriores a las ya sancionadas.

Ahora bien, la pregunta del millón es: ¿Quién cubrió todas esas pérdidas a lo largo de los años? Porque si gastaron 300 millones de libras por encima de lo que generaron, alguien tuvo que estar ahí para tapar el agujero.

En primer lugar, Moshiri. El iraní fue ingresando dinero a la institución a través de préstamos sin tasa de interés ni fecha de devolución. Es decir, sin intenciones de recuperarlo algún día. La cifra alcanzaría las 450 millones de libras.

Aún así, el club requirió contraer obligaciones con otras entidades. En este caso, esa deuda sí generó intereses y los prestamistas quieren recuperar el dinero. Al día de hoy, el Everton tiene obligaciones por más de 600 millones de libras con distintos prestamistas.

Aunque, también hay que decirlo y es central para entender lo que puede ocurrir con el club en el futuro, una parte importante de esos fondos se destinaron a desarrollar el activo más valioso de la institución: su nuevo estadio.

El equipo juega en Goodison Park desde 1892. Y si bien al momento de inaugurarlo fue lo mejor que había en Inglaterra, siendo el primero de la liga en tener dos bandejas en cada lado del campo, con el tiempo se fue quedando atrás.

Actualmente, el recinto tiene capacidad para 39.572 personas y ocupa la décima posición de la Premier League en este sentido. Además, la facturación por cada fanático que acude al estadio también es considerablemente baja. Mientras que el Everton promedia 25 libras por persona, el West Ham lo hace por 40 y el Tottenham por 80.

Estas diferencias tanto a nivel capacidad como a nivel ingreso por fanático hace que la facturación sea muy inferior al resto. Los 17 millones de libras que obtuvo en la temporada 2022-2023 significó menos de 1 millón por partido. Esto no sólo es sustancialmente menor al big six, que se encuentra entre 2.5 y 5.6 millones por encuentro, sino también a lo que obtiene un equipo como el West Ham, que promedia 2.3 millones cada vez que juega de local.

De esa manera, el 10 de agosto de 2021 se dio comienzo a la construcción del nuevo recinto ubicado en Bramley-moore Dock. El costo estimado al inicio fue de 500 millones de libras, pero ahora se cree que terminará cerca de las 800 millones.

El estadio tendrá capacidad para 52.888 personas y contará con una fan zone que podrá alojar hasta 9.000 personas. Esto último tiene la intención de aumentar el tiempo que los seguidores pasan en el estadio, incrementando así el nivel de gasto en cada día de partido.

Si el recinto pasa a tener esa capacidad de casi 53.000 personas, y asumimos que, siendo conservadores, logran aumentar el ingreso por fanático a unas 40 libras por partido, estamos hablando 2.1 millones de libras por encuentro. Esta cifra representaría el doble de lo que consiguen actualmente. Además, si a eso le sumamos que se podrán albergar todo tipo de eventos más allá del fútbol, el potencial económico es todavía más atractivo.

Según expertos en la industria, se cree que el nuevo estadio podría generar entre 70 y 80 millones de libras por temporada. Es decir, hasta 4 veces lo que les da Goodison Park actualmente. De ser cierto, asumiendo que el resto de los números se mantienen constantes, el club alcanzaría una facturación total de entre 220 y 230 millones de libras. Esto lo posicionaría como el 8vo o 9no club con más ingresos de la Premier League, recortando considerablemente la distancia con el resto.

El Everton se mudará al nuevo estadio al comienzo de la temporada 2025-2026. Sin embargo, lo más probable es que Moshiri no esté allí para verlo. Debido a los graves problemas financieros de la institución, el iraní está siendo presionado desde hace más de un año para que se desprenda del club y encuentre a alguien que pueda cubrir las grandes deudas pendientes.

Podríamos hacer un artículo entero sobre los idas y vueltas que tuvo el iraní para vender la institución. Desde agosto de 2024 Moshiri entró en un proceso de negociación con el estadounidense John Textor. Este empresario tiene participación en otros equipos de fútbol como el Botafogo en Brasil, el Lyon en Francia, el Molenbeek en Bélgica y el 45% del Crystal Palace en la propia Premier League. Por lo que, el primer paso para que concrete la compra sería que este se desprenda de ese porcentaje.

La oferta por parte del estadounidense sería de unas 600 millones de libras. La idea de la suma es, principalmente, cubrir todas las deudas del equipo. Moshiri, por su parte, podría recibir apenas unas 50 millones de libras. De concretarse estos números, el empresario iraní convalidaría una de las pérdidas más grandes en la historia del fútbol. Invirtió más de 700 millones de libras y, en el mejor de los casos, recibirá apenas 50 millones. Veremos si quien sea el nuevo dueño es capaz de exprimir al máximo ese nuevo estadio y volver a poner al Everton en competencia dentro de la Premier League.

Nos vemos la próxima.

Reply

or to participate.